El tesoro que no ves
Teníamos un tesoro, no brillaba como el oro, no llamaba la atención de ningún otro. Era nuestro y por unas horas nos sanaba los golpes de la vida y nos llenaba de felicidad. A nosotros eh, porque quien lo miraba de afuera difícilmente lo entendía o ponía interés por saber de qué trataba. ¡Éramos ricos! Y lejos estaba el resto de saber nuestra fortuna, apenas le dedicaban unas líneas en el diario o unos minutos por televisión (no entendían mucho por suerte). Pasó todo demasiado rápido, no nos dimos cuenta, no sé bien cómo fue, no sé si no lo supimos cuidar y lo perdimos o nos lo robaron pero el tesoro se esfumó de nosotros y quedó en manos de los que nunca lo entendieron. Y siguen sin entenderlo, y nos quieren convencer de que no valía nada. Lo manosearon tanto que hoy solo nos quedó el recuerdo, el recuerdo de que fuimos ricos y solo nosotros lo sabíamos.