BIENVENIDOS AL GHETTO
Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.
viernes, 24 de abril de 2015
RECUERDOS QUE MIENTEN UN POCO... (Mendoza 2014 Indio Solari y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado)
Siempre nos apoyamos en la pasión que se genera alrededor de Patricio Rey y sus miembros, hoy trataremos de dar un muestreo con tres historias diferentes que se cruzan en Mendoza motivados por la misa. Estas tres personas nunca se hubiesen visto, ni cerca. Pero algo llamado Patricio Rey los convocó en ese verano mendocino. Es largo el viaje de casa a la cordillera, tan largo como imperdible e invaluable. Uno sabe que lo mas importante de la misa es la previa, la gente, las historias, las vidas que se convocan y se abrazan como eternos amigos desconocidos.
Recorriendo la noche de viernes, nos encontramos con Hugo. Misionero, caminante de este mundo redondo. Tranquilo casi en exceso. Una mochila con nada y un puñado de flores del norte lo acompañaban. Cayó en avión, porque no quería perderse la previa y el último bondi llegaba sobre la hora del recital. Habla con todos aunque dice poco y nada. Pero mira todo lo que pasa, casi como en su mundo, ese mundo que comparte con todos los ricoteros presentes. Educado, laburante. Pelo largo y negro. Camina entre la gente, convida su cigarro que no vuelca cenizas. Sabe que somos de Rosario y nos pide aventón a la vuelta. Tiene pensado visitar la cuna de la bandera y luego seguir viaje para Buenos Aires a visitar mas amigos, ricoteros obvio. Buena persona, se le nota apenas lo saludas. Nos contaron que anduvo varios días por Baires y luego volvió a Misiones en colectivo. Podríamos decir que la misa le duró como las vacaciones. Como debe ser.
En la previa dentro del parque hallamos a José Luís, mas conocido como Chicho. Gran amigo, viejo conocido en el ambiente ricotero. Guerrero de aquellas noches porteñas donde no llegaban a mil en cada recinto. Recuerda las noches de "L´etoile" en Santa Fe con gran alegría, nostalgia y mucha cerveza. Recorrió el país de la mano de Los Redondos y La Renga. Hoy se acomodó en el parque dispuesto a vender remeras, esta vez se quedó afuera del show, no de la misa. Un par de kilos de mas en su cuerpo le jugaban una mala pasada y la caminata hasta la entrada, mas el par de horas que tenía que mantenerse "pogueando" se le hacían muy duras para su rodilla gastada de tanto andar. "Chicho es bueno" es lo primero que te dicen los que hablan de él. No tiene maldad, vive viajando sin ser millonario para estar con sus amigos. De Córdoba a Rosario, de Rosario a Buenos Aires. En cada juntada, en cada banderazo está, como se iba a perder la misa india? Imposible. Con sus dolores físicos y sus dolores mas duros, los del corazón atraviesa medio país para estar con sus amigos. Un luchador.
Llegando al final conocimos a Martina. Rosarina y leprosa, pero encargada de llevar sus historias por todos lados. Días antes de la misa estaba trabajando en Perú, viajó dos días en colectivo y dos días a dedo para llegar a ver al Indio, que para ella es como un hecho secundario. "Vengo a conocer gente", respondió cuando le consultamos porque venía de tan lejos. Ese es su interés mayor. "Acá se conoce mucha gente copada, con buena onda. Vamos a ver si entramos." Sus planes eran salir de Mendoza y parar unos días en San Luis, luego volver un tiempo a su Rosario natal y después quizás viajar a Chile, donde cuentan que se paga bien por laburar de "moza". Tomar algo con amigos y gente que vas conociendo en el camino es lo que llama su atención. No se persigue por la inseguridad ni los robos, no le interesa pensar en la maldad de algunos, solo disfrutar un poco de este mundo redondo. Al final reconocería con entusiasmo que valió la pena viajar tanto para estar este finde en Mendoza. Fue una fiesta.
Cientos de banderas vimos de todos lados, cada pueblo del país tenía su bandera, cada barrio porteño estaba inscrito en un trapo. No faltaban las eternas Uruguayas y las ya clásicas Paraguayas. Sabemos de un ricotero que vino de China, laburando allá se escapó en un trip eterno para llegar a tierra santa y luego volver envuelto en olor a faso y fernet. Es imposible imaginar la cara de los asiáticos al recibirlo con la cara de felicidad y sus aromas. Se de una amiga española que cada fin de semana de misa se pasa unas 36 horas llorando por no poder venir, cada misa la pasa igual y termina sus lágrimas prometiéndose asistir a la próxima. Nunca vino a ver al Indio, menos a los Redondos. Pero ella siente esa pasión inexplicable que sentimos todos y sueña cada noche con ser parte de esa previa, cantar como loco en el medio de la calle envuelta en una bandera con esas dos letras tan hermosa. Española de nacimiento, ricotera por enamoramiento y adopción. Todavía sigue sin cumplir su promesa, sale caro e avión Madrid-Buenos Aires. Sigue triste allá. En Europa esto no se consigue.
Elegimos estas tres historias para mostrar lo que sentimos en una misa, tres historias entre miles. Miles de kilómetros entre las tres historias. Córdoba, Misiones y Perú unidos en Mendoza. Casi un milagro. De esos bellos que a veces nos merecemos y al verlos nos inspiran a seguir, nos motivan, nos generan mas pasión de la que tenemos.
Nos merecemos... bellos milagros y ocurrirán...