Acarreando historias a travez de un mundo plano y cuadrado. Las almas robotizadas no permiten sentimientos ni reacciones sorpresivas. La tierra no es mas que un desierto seco y apático de sonrisas o llantos. Vacío de todo, repleto de nada. El mundo no sirve.
Allá va, camino firme y desparramando ideas, sueños, historias, ideales. Sigue dejando con su paso amores, corazones rotos, miradas perplejas, gestos de asombro.
Nada lo conmueve, su destino esta marcado en este universo. Su alma debe contagiar la revolución y su arma mas imponente esta en su mente.
Cada uno de los guerreros dormidos por la derrota de la historia, lo miran desde el mejor de los infiernos y comentan por lo bajo sobre su personalidad.
El es diferente, calvo, delgado, casi desgarbado. Distinto al resto de los revolucionarios, ni una larga cabellera que distraiga de sus palabras que amasan la lucha contra el sistema. Ni carga con balas o cañones, ni armas, ni uniformes. Sólo el y su mirada al horizonte. Solo abre la boca para sorprendernos y dejarnos perplejos.
Asi camina entre la multitud, dejando atrás la bohemia y la calle. Aquel viejo nomade del mundo latino, se impone sobre un escenario y solo los ojos que tengan la dicha de verlo podrán reproducir su obra.
Ahora los gobiernos tiemblan, los políticos salen a buscar la forma de callarlo. No entienden su mensaje, pero saben que es peligroso, el tiene el gran poder en sus manos. El tiene un arma inigualable en su potestad. El puede abrir las mentes cuadradas y sacarlas del letargo. Y eso mete miedo en las piernas trajeadas.
La sociedad lo observa y no lo entiende. El sistema le teme y lo expulsa. Y el sigue adelante sin dudar, sin pensar, sin temer.
Allá va, década tras década escupiendo verdades. Largando ideales para que los desangelados nutran su espíritu. Allí va. Sin mirar atrás. Solo con sus palabras. Allá va.
Texto: Ricoteros de Alma.
