BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


viernes, 13 de noviembre de 2015

"Me voy a comer tu dolor"


("en la foto salí pálido porque se me bajó la presión, no podía sostener el celular")

Hace un tiempo con el estreno de la película del Indio salieron a la luz fotos de su estreno en New York, por la aparición del mismo Solari en el cine para poder compartir el momento con los pocos ricoteros presentes. Una historia llegó a mis oídos, la de Marcos Reinoso Stember, un ricotero que se instaló en el norte cuando el país estalló económicamente. Marcos se encontró de casualidad/causalidad en la entrada del cine cuando Carlos llegó. La realidad un poco desconocida es que un amigo de Marcos le regaló la entrada sabiendo que Solari iba a estar presente y conociendo el amor de Marcos por el artista, le preparó una pequeña sorpresa.
Marcos tiene una historia muy particular, muy dolorosa. Una herida que solo pudo cerrar (nunca olvidar) cuando el Indio tocó en Mendoza 2013 y pudo viajar para verlo en vivo, ya había conseguido su "grencard" (green card), lo que no le permitía viajar antes. Las anteriores misas se encerraba en su casa ponía sus discos y se ponía a cantar y saltar solo durante el tiempo que duraba la misma. Su condición ilegal no le permitía volver a Argentina y atado a sus letras, Marcos recordaba desde su adolescencia hasta su familia. Los viajes, las novias que me acompañaron en los recitales, "como tenía que robarselas al padre" (textuales palabras de Marcos"), los bondis que nos llevaron, las paradas en las estaciones de servicio, las canciones inventadas. Toda una historia detrás de un puñado de canciones.
En este camino de Marcos viviendo ilegal en Estados Unidos, se perdieron muchas cosas, entre esas cosas se pierde con mucho dolor el contacto físico con la familia, con los amigos y también algunas despedidas que de estar presentes podrían haber sido un poco mas dulces. El tiempo pasó y logró obtener su permiso, poder viajar a su país cuando quiera o pueda, tristemente algunos momentos no se pueden revivir.
Marcos volvió a Argentina en 2013, para la histórica presentación de Mendoza, viajó desde Estados Unidos con su perro Jagger, fue una historia que en su momento se conoció ya que en el avión le toco compartir butaca con un periodista argentino, que tomo su historia como una nota de "color". "Desde que me enteré que tocaba en Mendoza, puse un tarro que decía ´Indio´ y empecé a juntar monedas para viajar, vivo en Estados Unidos pero no soy millonario y todo me cuesta".
La anécdota del momento fue que en el instante que Marcos ve al Indio pide sacarse una foto y se le baja la presión, la sorpresa, la emoción lo invadieron y su esqueleto parecía derrumbarse. El mismo Carlos lo tranquilizó, pudieron sacarse la foto y minutos mas tarde lo invitaron a pasar un momento junto a Solari y su circulo mas intimo. Marcos solo quería contarle su historia, pidió un minuto para contarle lo suyo y luego dejarlo tranquilo.

Entre todo lo que implica vivir en otro país está el riesgo de perderse momentos únicos de su familia y entre esos momentos, hay despedidas, y una en particular, una dolorosa despedida en la que Marcos no pudo estar presente.
Marcos pudo tener su despedida para el recital de 2013, pudo viajar, dar su último y personal adiós y luego llorar durante todo el recital de Solari.
"Te comiste mi dolor", le dijo al Indio. La historia emocionó a Carlos y a sus acompañantes. Abrazaron y contuvieron a Marcos. Con un poco mas de calma, se acomodaron en el cine y disfrutaron el film. Compartieron comentarios con los demás presentes, ricoteros afortunados que cantaron y miraron la película junto al cantante.
"Carlos tuvo el detalle de tomarse el mismo tiempo con cada uno de los presentes. A cada ricotero que estaba allí, lo saludó, se sacó fotos, lo escuchó". Mientras Marcos me contaba todo lo sucedido, se volvía a emocionar, se aceleraba, quería contarme cada detalle de esa tarde. Creo que si hoy le pedís que te cuente la historia, se vuelve a emocionar.
Marcos es un ricotero mas, un desangelado mas. Uno de esos que tiene la suerte de encontrarse con el Indio y comprobar la grandeza del artista, que va mas allá de sus letras (lo que es mucho). Marcos confirmó que el Indio mas allá de su talento es uno mas, se emociona y siente como nosotros, se emociona con nuestras historias, con nuestras vidas, con nuestros dolores. El Indio le ha cantado a nuestros sentimientos, ha compuesto las poesías mas hermosas de la mano de nuestros corazones y eso es lo que nunca vamos a dejar de agradecer.
El Indio es ese amigo que sin conocerlo nos abraza con sus poesías cuando mas lo necesitamos..