BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


lunes, 3 de agosto de 2015

"Un Ángel para tu soledad"



Es duro el viaje en tren, todavía. A pesar de lo que dice la tv y las campañas políticas. Y se hace largo, sobre todo cuando uno no está acostumbrado a viajar tanto. Si los años han sido duros con el cuerpo, se siente mas. Un Rosario-Retiro en siete horitas se hubiesen hecho eternas de no ser por la compañía. Si, de inicio el trip era en soledad, pero vaya a saber porque Dios te acomoda en los caminos de ciertos ángeles.
Soy poco expresivo y corto de palabras para una primera impresión. Mayormente llego a animarme a soltar palabra con gente que cruzo por primera vez si encuentro detalles del rock. Últimamente es mas común ver remeras, gorras, camperas. Antes la veías muy casualmente. Era como un "a vos también te gusta el rock?". Ahora es mas "te gusta el rock o te gustó el dibujito de la remera?". He visto gente con tatuajes de Iron Maiden que creían que era una marca de motores. No quedaría mal, pero..
Así que con la mochila de emergencias, una bolsa de "fasos" y el celular bien cargado para que llegue la compañía de la música al final del viaje arranque la ruta, o las vías mejor dicho.
Te toca pasillo en el asiento y lo primero que pensas es que no te toque levantarte a cada rato para dejar pasar. Ni hablar si te toca un bebe llorando, una concheta charlatana o una señora quejosa. Creo que los auriculares son cada vez mas grande para que el resto sepa que no queres escuchar a nadie. Los míos tratan de esconder mi cabeza.
A que viajo? Allá en Baires nos encontramos con mas amigos, morfamos algo y salimos a Mendoza, vamos a ver al Indio. Ya es común para nosotros, nos reunimos varios del interior en Capital y luego juntos encaramos ruta. Nos conocemos desde hace rato, de los noventa, cuando viajábamos en tren a verlos. Recorrimos todo el país. La Renga, Los Redondos, Los Piojos. Mas tarde arrancamos con Callejeros. Cuando no te preocupa que comes o donde dormís, las travesías con mas económicas.
Volviendo al viaje, llegar al asiento y ver que la compañía era un señor mayor, callado y con auriculares insertados en sus oídos me dio tranquilidad.
Analizándolo un poco mas, parecía un banquero. O un político. No cara de "garca", pero por el traje, las "canas" bien aplastadas y el maletín de cuero. Lo único anormal eran los auriculares.
Callado, encerrado en su música. Seguro música clásica. O folclore. Mas que seguro escucha tango. Me lo imagino con Gardel o Julio Sosa.
Igual, no dejaba de llamarme la atención su mirada, casi triste, melancólica. Un poco perdida. Como si masticara bronca o dolor. Mirada fija a la nuca del asiento delantero. Inmutable.
Bue, cada loco con su tema. Yo comencé a maquinarme escuchando "Oktubre". Siempre arranco con el mismo disco, es casi una ceremonia interna para mi.
El viaje es largo, sin dudas. Aburrido. Entre la espera y la impaciencia, trato de pispear para la ventana. Si, nada nuevo, campo, campo y campo. De casualidad veo algo que me llama la atención. El celular del acompañante decía: "Luzbelito". Si, el compañero pasó de "garca" a "hermano" en un detalle, iba escuchando "Luzbelito", lo decía su celular.
-Le gustan los Redondos? tiré casi con vergüenza.
-Si, si.
Lo primero que imagine con la respuesta fue que él también iba a ver al Indio, seguro pegaba un avión de Buenos Aires a Mendoza y allá paraba en algún hotel de un par de estrellas, no tenía pinta de "roncar" en carpa.
-Hace mucho lo sigue, Don?
-No los sigo, ellos me acompañan. 
-Jeje, digo si los va a ver desde hace mucho. (parecía que cargaba mas de 60, no creo haberme desubicado mucho)
-No los voy a ver, nunca fui.
-Ah, disculpe, pensé que era ricotero.
-Lo soy.
-Y nunca los vio en vivo?
-Solo podes sentir si los ves? (me retrucó)
En eso tenía razón. Lo deje un buen rato, no quise seguir preguntando. La verdad pensé de arranque que me iba a adornar el viaje con historias de "La esquina del sol" o "El Polaco", siempre que conozco un ricotero mas viejo, flasheo con eso.
El silencio se hizo largo y se cortó por su propia vos.
-"Juguetes perdidos", el tema que mas le gusta a mi hija.- Me tiró señalando el celular.
-Ella también es ricotera?
-Si, desde la cuna.- Y en ese momento vi como sus ojos comenzaron a humedecerse y su mirada se inclinó hacia abajo.
-Ella si iba a verlos. Primero fue a Racing y de ahí en mas no paró. Después siguió con Skay, las primeras veces que tocó solista hasta que arrancó con el Indio en La Plata y fue siempre, inclusive a Uruguay, hasta que tocó en San Luis que fue la última vez, la de la tormenta. La espera hasta que llegó a casa fue eterna.-
Me quedó resonando en la cabeza ese "iba". Dudo que se haya enojado con Los Redondos y haya dejado de ir y por el gesto y tono al hablar de ella, me imagine que triste era su historia.
-Iba?
-Si, falleció hace un par de años. 
Lo primero que imagine fue su juventud, su historia, su vida. Seguro una piba joven por lo que me contaba de Racing y los demás recitales. Me fue fácil vincularla a un accidente o por como está la sociedad, a algún "hijo de puta" que le haya acortado la vida.
Me sentí cercano al ver sus ojos tristes y se me dio por continuar la charla, preguntando por su dolor.
-De que falleció?
-La puta enfermedad, viste como es. No discrimina por edad ni belleza y mira que ella era hermosa.
Acto siguiente, abrió el celular y me mostró la foto. Sin dudas era hermosa. No esa belleza ficticia de tv, ni de modelos. Una belleza mas simple, mas nuestra, mas de "ricotera". Pelo oscuro, flaca y una remera de "La mosca y la sopa" que la iluminaba un poco mas.
-Ella iba siempre. Tenía sus discos, todavía guardaba algunos "piratas" como si fueran un tesoro. Remeras de todo tipo y con todos los dibujos que hayas visto. Los amaba. Eran su fiel compañía, gran parte de su vida. Y encima compartíamos la pasión. Todos los jueves, que era el día de mas laburo para ambos, nos sentábamos cuando llegaba la noche, ella un vaso de fernet, yo uno de whisky y escuchábamos un disco completo, hablábamos sobre él, desmenuzábamos letra por letra, tema por tema. El disco lo elegíamos esa misma noche entre los dos, a veces no nos poníamos de acuerdo y discutíamos ja ja. Era hermosa, perdón, es. 
Se tomó unos segundos y tragó saliva. Casi como si los recuerdos no le permitieran continuar.
-Lo último que me dijo, casi su último deseo, fue el mismo de sus últimos años. Te imaginaras cual?
Tonto de mi, que no podía pensar en otra cosa que no sea su rostro.
-Cual?
-Que se vuelvan a juntar, obvio. Había veces que me contaba que tenía sueños sobre eso. Que los veía en diferentes estadios del mundo, en lugares inmensos. Soñaba los temas que tocaban...
-Je je, me pasa siempre.
-Si, siempre me trataba de convencer, "Cuando se junten, vas a venir conmigo a verlos, pa", o "vamos a viajar a dedo por todo el país juntos".
-Perdón, y usted por que nunca fue? No le dio curiosidad? Nunca tuvo ganas?
-Curiosidad si, ganas no. No me gustan los recitales, los amontonamientos, la gente empujando, el pogo. A lo mejor ya estoy grande, pero prefiero la comodidad de escucharlos en mi casa con el vaso de whisky. Fui a otros recitales en el exterior, donde llegas 5 minutos antes, ocupas tu asiento y si queres tomas una cerveza tranquilo mientras disfrutas la banda. 
-Son mas civilizados afuera.
-Menos pasionales. Pero me gusta eso.
-Y ahora, con lo que le pasó a su hija, no le gustaría ir a ver al Indio?
-Por ahora no. No se mas adelante, a lo mejor me hago una bandera, la pinto a mano y viajo a dedo ja ja, para saber lo que se siente, nomas.   
-Se imagina que pensaría ella si lo ve así?
-Trato de no pensar, porque me imagino que verme saltando entre la multitud hubiese sido algo lindo para ella, pero feo para mi cuerpo je je.
-Igual, el sentimiento sigue vivo..
-Si cada día los escucho mas tiempo, cada día me emociono mas y ya no soy un pibe.
-La emoción sigue viva..
-Si, aunque hay ciertos temas que me llevan de viaje a ella y me cuesta escucharlos sin mariconear.
-Me imagino..
-Tengo la paz interior de que la pasamos bien. La disfrute, me disfrutó, los disfrutamos. Cada jueves, entendes? Un rito. Podía pasar cualquier cosa en el mundo, pero cada jueves vivíamos ese momento único. Desde que tenía 8 años. Había veces que se dormía en mi falda mientras escuchábamos los temas, la cargaba y la dejaba en su cama. La miraba un rato dormida y me iba a descansar tranquilo.
-Compartían una pasión a pesar de ser dos mundos diferentes?
-Si, porque ella tenía su grupo de amigos ricoteros, su face, su bandera, sus remeras. Yo no conocí a nadie de mi edad que sea enfermo como yo de Patricio Rey. Aunque no voy a recitales, es casi todo lo que escucho desde hace décadas. Y nunca se me dio por comprarle la remerita o regalarle el disco, a ella la pasión le nació sola y esa pasión nos unió cada día mas, sobrepasando el lazo padre-hija. Cuando escuchábamos los Redondos eramos amigos, ricoteros, hermanos de la vida. Luego eramos normales.
-La extraña...
-Mucho. Ahora estoy mas tranquilo, ella sabía que la amaba y que era mi vida. Al principio te da bronca, dolor, hasta odio. Le buscas explicaciones a algo que no lo tiene, como la muerte, como la enfermedad. Viste como en "Cada pequeña muerte", que dice "voy a irme lejos de vos, cuando me desates"? Bueno, cuando la ves sufrir tanto por esa enfermedad de mierda resulta ser un mínimo alivio verla partir, verla descansar. La perdida de alguien que amas así es insuperable, así que te acostumbras a convivir con eso.
-Y la música? Como la escucha? Como le "pega"?
-Al principio me tiraba a llorar como un bebe. Después me acomode un poco, mi mente, mis recuerdos, la vida que hicimos juntos. Los Redondos me ayudaron mucho, por eso te dije que me acompañan. Antes escucharlos me llevaba a ella, a su partida. Hoy me llevan los momentos que vivimos juntos. Hoy la música mas allá de las lágrimas, es paz espiritual, paz interior.
El ruido del tren indica la llegada. La charla, los detalles, los momentos que me contó al final hizo que el viaje sea mas corto de lo real. De afuera, por la ventana, veo a los pibes que me hacen seña, me vinieron a buscar, todavía no se ubicarme en la gran ciudad.
-Ojalá lo vea en alguna misa.- Le dije mientras me acomodaba la mochila.
-Ojalá. Si voy, me invitas un whisky.
-Si, pero que no sea muy caro..
Me regaló una sonrisa, un apretón de manos y me fui con mis amigos.
Todo el camino les fui contando lo que me había pasado, la historia de este tipo que (ahí noté que me había olvidado de preguntarle el nombre) conocí en este viaje. La repetí mil veces a la historia, desde ese día hasta hoy. La sigo contando. Ahora le pongo "Angelito" de nombre, por la canción. De ahí en mas con mis amigos ricoteros, nos cambió el pensamiento. Antes creíamos que era casi un bautismo ir a una misa para ser ricotero. Después de esto nos dimos cuenta que es una zonzera. El sentimiento vive mas allá de cualquier recital, remera o disco. El sentimiento del ricotero estaba vivo en este tipo, Angelito. En sus ojos se notaba, cuando hablaba de su hija, su gran amor, su Ricotera.