BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


domingo, 18 de noviembre de 2012

PRIMERO EL PRINCIPIO


Este viaje comienza por allá, por los 70. Cuando los ácidos habrían mentes y las revoluciones se alzaban en rebeldes que no se dejaban asustar por gobiernos de dictaduras sudakas. Cuando la libertad vivía en sueños, las mujeres querían tener voz y los hombres poder cantar. Época oscura en todo sentido, rodeada de silencios y miradas bajas. Cabezas gachas que se dejaban encadenar por comunicados, por uniformes sin color, y coches verdes de caminos con final de lágrimas sin despedidas. Voces que no se levantaban y bailaban tontamente al ritmo de algún maquillaje colorido. Bombas, tiros, luces, pañuelos, plazas, gritos, llantos que no se escuchaban, hijos que no se calmaban y robos al corazón.
Por allá a lo lejos, al borde del río, un par de tontos criaron este Idiota de corazón lunático y alma sencilla. Viajante patético y eterno de este mundo redondo y al borde del sistema que nunca lo quizo adoptar (ventaja para ambos). Siempre adornando y siendo parte de este infierno encantador... Hasta que un día al borde del camino, un guiño del destino, lo dejo parpadear. Y allí, sentado, recibió un saludo que nunca más lo podría abandonar.  
Era ella, tan simple como hermosa. Lista para guiarlo y encantarlo. Lista para darle todo lo que le faltaba. También girando alrededor de este reinado Patricio, esperando el abrazo que la llene de risas y felicidad. Como negarme?
Y abrazamos un sueño de familias, pañales, cunas, chupetes y rock and rolles (nunca lo pudimos apartar de nosotros). No éramos normales (ni lo somos ahora, ni quisimos serlo nunca). Vivimos por sentimientos, por placeres, por vida. Sin límites, sin cuentas ni signos, sin cajas bobas ni preocupaciones sin sentido. Vivimos por sonrisas. Vivimos para vivir.
Y siempre se necesita un gran remedio para un gran mal. Y ahí nos unió este sentimiento de notas y poesías. Y bajo la luz de Patricio Rey, se comenzó a gestar esto. Un sueño, una vida, un latir, una bomba pequeñita.
Ya los 70 se fueron, se terminó la revolución, los sueños. La libertad sigue castrada disfrazada de democracia. Ya se corrió de lado lo experimental para darle paso a la dureza, al golpe, al miedo, a esa vieja señora que está agachándose. Está demasiado dura la vida.
El sistema se comió casi todo. Las sonrisas se cambiaron por rutina, las reuniones por auriculares y los discos se encastran en pequeñas I-Deas. Los asados y fideos vienen en cajitas coloridas carentes de felicidad. No hay cafés, ni pool con monedas. No hay diarios en papel, no hay chicos en el campito corriendo sin sentido ni cansancio.  Ya no hay gritos sustantivos, de señoras propias asomadas sin preocupación. No hay risas afuera. La calle no es de nadie. La gente se acumula ante el ciber-lo que sea. No quiere asomarse, teme no volver.
Es tan triste esta vez... Pero aquí ya no hay tiempo de lamentos. Aquí hay un futuro y un sueño. Decidimos empujar los temores hacia adentro y salir nosotros a la vereda. Que nadie nos robe la sonrisa y que la rutina solo esté atada al jornal. No tener la necesidad de dormir para poder soñar. Decidimos leer para que lea y escribir para que escriba. Decidimos ser libres, como antes, como siempre. No podemos pensar en un sueño con límites y ataduras, no seríamos nosotros. No podemos traerlo a un mundo cuadrado, lineal, con horarios y complejos. No sería feliz. No lo seríamos.
Por eso aquí arranca nuestro sueño, nuestra vida nueva, nuestra alma comienza a brillar con una redondez que se trae genéticamente. Con un ADN lleno de rock and rolles, sueños, miradas, sonrisas, bolitas, bici con rueditas, escondidas, corridas, fulbo y juegos en la mesa (no en escritorio). Decidimos que su mirada va a estar cargada de picardía, de diabluras, de travesuras, de narices sin limpiar, de barro en zapatillas nuevas y rotas. Que las lastimaduras van a abundar en las rodillas y codos, pero no en su corazón ni en su mente.
Decidimos que él/ella podrá volar si así lo quiere, que debe golpearse, si, es necesario aunque sus golpes nos duelan a nosotros más que a él/ella.
Decidimos que nosotros hacemos este mundo, tiene el color que queremos, las horas duran a nuestro gusto y podemos reír cuando se nos canta. Nada nos limita la felicidad ni las sonrisas.
Decidimos que vamos a vivir. Que esa  bomba pequeñita va a vivir de la mejor forma, lleno de riquezas en su interior, repleto de monedas de chocolate y siempre con la última tecnología en lo que a cariños refiere.
Elegimos darle cuentos, historias  y sueños. Como los tuvimos nosotros.
EL MUNDO ES REDONDO Y NUESTRO SUEÑO VIVE AQUÍ. Y aquí, con este pequeño poema inspirado en él/ella, les damos la bienvenida a nuestro viaje.      

Me subí a este viaje, sin rumbo, sin destino
sin tiempo, sin límites, sin equipaje, sin boleto,
sin nada mas que vos y yo.
Me subí a este viaje, listo y bien acomodado
con los ojos cerrados y mirando hacia vos.
Me subí a este viaje, de semanas y números,
de meses y días, de centímetros y latidos que me dejan escuchar.
Me subí con vos a mañanas de sol, a tardes de lluvia,
a noches más cortas.
Me llevaste a soñar con juguetes, con caramelos,
con deseos y miedos de verte partir.
Me cambiaste los placeres, las ideas,
los horarios,
te llevaste mi oscuridad para darme vida
y saber que ya nunca más me soltaras.
Me subí a este viaje, porque mi vida estaba cansada,
porque te necesitaba,
porque quería vernos nacer.
Porque ya estaba listo, porque cambié para este cambio,
porque siempre te soñé.
Ya solo quiero tu mirada, tus gritos, tus lágrimas,
tus manitos, tus sonrisas,
tu calma aquí en mis brazos junto a mi.
Solo quiero escucharte, espantar tus miedos,
que alejes los míos y así dormir con vos.
Solo muero por sentirte, por vivirte, por abrazarte.
Solo vivo, viví, y viviré por este viaje que comienza junto a vos.
Te extrañé antes de soñarte,
te soñé antes de tenerte,
y por siempre te amaré.  


Texto: Ricoteros de Alma.