BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


domingo, 2 de diciembre de 2012

ORGULLOSAMENTE UN REDONDITO DE ABAJO


Estaba caído, tirado sin poder levantarme. Triste por todo y con los brazos sin fuerzas. La vida como siempre me daba la espalda, no encontraba salida, y me sentía excluido de todo el mundo. La gente sabía que yo era diferente y me lo hacia notar, me separaba, me dejaba afuera. Por mis vicios, mi físico y mi forma de vestir me miraban mal y me alejaban de ellos, de sus cosas, de su vida y su fucking sistema. Me dejaron solo. Me discriminaban. Y yo solo quería vivir, pero ellos no me dejaban, o era como ellos o quedaba afuera. Estaba solo.
Yo no jodía a nadie. Quería ser feliz y estar tranquilo. Pero no me dejaban, les molestaba que alguien piense y viva diferente, no entendían que podía ser feliz sin aspirar a su vida rutinaria, a su ropa cara y a su cara de falsa honestidad. Para ellos debía vestirme prolijo, caminar derecho, dejar los vicios y conseguir un trabajo de oficina. Tenía que tener una novia de vestido, con padres casados que disimulan la infelicidad detrás del 0 kilómetro. Debía presentarme bien peinado, pelo corto y hablar bien. Tenía que estudiar y recibirme de licenciado en la carrera de la hipocresía. Levantarme temprano y ganarle de mano al sol. Bañadito, engominado, trajeado y con una sonrisa de oreja a oreja saludar a la señora que ya estaba baldeando la vereda. Marcar tarjeta siempre a tiempo y agachar la cabeza para dejar contento a un jefe que me chupe cada gota de sangre que genere mi espalda. Nunca quejarme, nunca mala cara ni responder mal, no ser negativo porque la vida es hermosa a pesar de lo ahogado que te sentís.
No podía faltar cada domingo a la iglesia del barrio, saber las cancioncitas dulces himnos berretas al señor en cual nunca creí. Aspirar a ser un buen samaritano(¿?), dejar el diezmo y rezar 80 mil millones de padrenuestros para que mi alma se purifique y pueda llegar al cielo. Porque allí van las buenas personas y todos debemos ser buenos, así que teníamos prohibido pecar.
La vida no se disfrutaba, apenas se vivía, debía limitarme a respirar y en lo posible sin hacer ruido. NO DEBÍA SER YO, ESO MOLESTABA.
NO DEBÍA PENSAR.  ESO TAMBIÉN MOLESTABA. Y pensar cada vez me alejaba más, porque no podía dejar de hacerlo. Me resistía irremediablemente a no encuadrarme bajo ese sistema social que me ahogaba, nunca pude entrar, ellos no querían que entre y yo tampoco tenía tantas ganas de cruzar el umbral.
ASÍ QUE ESTABA SOLO. Sentado en la esquina, con una cerveza y una bolsa de fasos. No podía levantar la mirada. No por vergüenza, solo por bronca y odio. Tenía bronca porque con unos pocos años y recién entrada la adolescencia ya estaba fuera de todo. Odio a todo ese sistema que me miraba mal por ser un poco diferente a ellos. Solo.
Y en ese momento en que ya no tenía hacia donde correr, no tenía ganas de vivir y solo en mi cabeza retumbaban un puñado de sueños que no podía cumplir. En ese momento donde la caída no tenia frenos ni límites, los seguía escuchando.
Ellos estaban ahí, nunca me alejaron, siempre me abrazaron. Me acompañaban y me levantaban cada vez que estaba cerca del piso. Me hicieron sentir parte de algo. De un viaje eterno donde crecí y fui historia. Donde forme parte de una murga itinerante que viajó y viaja  por todo el país llenando de rock and roll los lugares más apartados de este mundo redondo.
Me acostumbre a vivir con las moneditas, compartiendo con amigos desconocidos que nos abrazamos por una poesía de Solari. A vivir como quería, sin nada más que toda la riqueza de mis bolsillos vacíos. Con el estómago lleno de amores posibles y tan efímeros que quedaron tatuados en mi para siempre.
Vivir de trabajos que cada lunes me echaban a patadas por mis tardanzas. Con jefes que se cansaban de resoplar sin ver esperanzas en un cambio de mi actitud. Que se resignaban a verme puteando por lo bajo a los clientes más importantes de los negocios de la re puta madre. Me acostumbre y se acostumbraron a mi. Mientras en mi cabeza no dejaban de sonar sus letras.
Y me preguntan... TAN FANÁTICO PODES SER? TANTO TE PUEDEN GUSTAR? .... SI.
Como no voy a llevar con orgullo esta bandera, si estuvieron conmigo en las peores y me abrazaron cuando todos se alejaban. Como no voy a quererlos si cada vez que viajaba/viajo encuentro la gente que es como yo, que vive como yo, que no le importa de dónde vengo ni como llegue allí. Que no le importa que ni cuánto llevo. Gente que no me pregunta que hago para vivir, ni hobbies, ni donde vivo. GENTE QUE NO LE IMPORTA QUE SOY, SINO QUIEN SOY.
Ahora entendes porque mi remera cambia de color pero no las letras? Entendes porque paso horas escuchando la mismas canciones, viendo los mismos vídeos, leyendo las mismas revistas? Te das cuenta porque me desespero cuando sale una fecha, un disco nuevo o cualquier cosa que tenga que ver con ellos?
No soy igual a vos, SOY DIFERENTE. Como todos, como el resto, como vos. Y acá nadie me discrimina por ser diferente. Soy feo, gordo, flaco, alto, petiso, cabezón, pelado, barbudo, pelilargo, llevo miles de tatuajes y piercings, o solo llevo algunos, o ninguno. No me gusta hacer deporte, no quiero tu progreso económico, me importa mi crecimiento como persona, respirar, ENAMORARME, VIVIR Y SOBRETODO SOÑAR.
Y CON LOS REDONDOS PUDE VOLVER A SOÑAR. A VIVIR, A RESPIRAR, A LATIR, A SENTIR, Y SER TAN LIBRE QUE PUDE RESPIRAR TRANQUILO SIENDO YO MISMO.
Por eso a cada parte de mi vida le encaja una frase del Indio. Por eso a cada momento de mi existencia le meto una canción, una estrofa, un grito, un recuerdo. Hasta los más tristes y duros. Por eso soy UN REDONDITO DE ABAJO.
Así que escucha bien y que te quede grabado, SI LOS REDONDOS TOCAN EN LA LUNA, LA LUNA VAMOS A COPAR. Como sea llegaré y haré temblar esa luna que también es redonda y nos ilumina en las noches de misa. No importa como nadie me va a parar y yo a ese estadio llegare por mas alto que este, por más largo y costoso que sea el viaje.
Y que no te queden dudas, SI PATRICIO REY TOCA EN EL CIELO, ALLÍ VIAJARÉ PARA VERTE. Aunque se que elegiría el infierno, porque es encantador y allí nos recibirían con los brazos abiertos, donde sea y hasta en el cielo te acompañare. Dejo todo y con mi mochila, mis lonas y mi remera iremos a tu encuentro. Iremos a verte, en familia, con amigos desconocidos, si en el cielo están, moriria por verlos desde las plateas mas altas como tantos otros.
Yo te sigo donde sea y no me da vergüenza decirlo. Los siento acá, bien adentro, en el medio de mi pecho. MI CORAZÓN late por ellos Y MI ALMA se llena de combustible al escucharlos.
NO NECESITO NADA MÁS.
Como dijo el profeta, PENSANDO EN VOS SIEMPRE. SIEMPRE EXTRAÑÁNDOTE.
Por todo esto y mucho mas, soy orgullosamente un REDONDITO DE ABAJO.


Texto: Ricoteros de Alma.