BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


martes, 28 de marzo de 2017

Los Nocturnos de Patricio Rey



"No puedo ni podré nunca ser objetivo cuando se juegue tu voz, y el cariño de siglos. Me vienen a la memoria momentos oscuros en mi vida, cuando llegaste a mi corazón para darme ánimo, para salvarme, para darme un abrazo cuando la noche era más oscura. Para decirme que ya sufrí cosas mejores que éstas, y que iba a andar esa ruta como tantas veces, cuando la noche me invadiera. Para salir a defenderme, avisándole a todos aquellos que veían en mi a un ser destructivo, que en mis nervios estaba la verdad: justamente en Olavarría 20 años atrás. Ayer, como hoy, y como siempre, a nadie le importará la persona que nos conmueve, ni tampoco los conmovidos que viajamos a encontrarnos con lo mejor de nosotros mismos. No solo a verte a vos, sino a recordarnos, a abrazarnos con nuestro ser en estado pleno de amor y libertad. A quienes envían imágenes como balas, no le interesan quienes murieron, solo importan por las ganancias que generan al nombrarlos. Solo nosotros sabemos lo que duele. Cada uno de nosotros sabe su lugar en el dolor. Para ellos, que felices aplauden la desgracia, prima el acto destructivo de señalar, de demonizar. Ningún análisis sociológico, psicológico, filosófico, se encargará jamás de estudiar la complejidad del alma de las personas, las razones profundas de sus amores y desamores, porque eso no vende. Nadie me preguntará, con la virtud profunda de abrazar un alma, qué motivos profundos me llevan a estar ahí, llegar, encontrarme con la gente que amo, que me ama… y cantar y bailar, por tu soledad y por mi soledad, aquella que todos vencemos en cada encuentro. Luego volverá la triste realidad de la mercancía, del dinero que compra y vende, pero que nada dice de mi corazón. Nadie nunca me preguntará sobre esas cosas, fundamentales para entender la realidad espiritual de un pueblo, la profundidad del alma de un ser humano, el gran olvidado en toda esta maquinaria televisiva que habla sin sentir. Hoy me toca a mí defenderte, de las miles de voces que denigran lo que no conocen, que hablan de lo que no sienten, que desean comprender aquello que no se puede explicar si su alma no fue abrazada por el espíritu intacto y ancestral de Patricio Rey. Te defiendo, como me defendiste hace 20 años: Y te digo Adiós, Indio Querido, con un dolor terrible en el alma, porque siento que las fuerzas para seguir te las roba la tristeza que tu corazón noble debe sentir. Tanto es el cariño que nos une. Quisiera escribir una canción, y salvarte de la tristeza, como vos me salvaste tantas veces con tus letras. Te digo Adiós… Mientras suena en mi viejo equipito, aquel cassete TDK negro en el que escuché, hace 25 años, por primera vez Tarea Fina, y un Ángel para tu soledad… y lloré. Lloré porque no sabía que el arte podía salvar así, con tanta belleza. Aprendí la magia de los libros, el poder de leer, la libertad de amar. Te digo Adiós porque quiero quitarte el peso de tanto amor, pero… pero no puedo, en medio de esta escritura suena la Bestia Pop, llegan con su belleza mis hijos de 3 y 1 añito, me toman de las manos tristes y comienzan a bailar, y bailamos, reímos, en un pacto secreto de amor, que nadie conoce, que nadie entiende y que todos quieren explicar desde los medios basuras de comunicación. Mi pequeño sonríe, y me canta… A brillar, mi amor… vamos a Brillar… y me hace recordar quien soy, todo lo bueno que tengo, la nobleza de mi espiritú que los ama, todo lo mejor que puedo ser cada día. Eso es Patricio Rey. Lo que todos intentan derrumbar hablando sin conocer, demonizando el alma de seres humanos que solo queremos juntarnos, y abrazarnos y sentir aquello que nos conmueve. En medio de un caos existencial donde la música nos contiene y nos abraza. Donde el amor de este señor pelado nos llega como un manantial en medio del desierto de la existencia. Nadie te va a perdonar, Indio querido, que puedas provocar eso en miles de redonditos, que te van a seguir hasta la Luna, solo para encontrarse con lo mejor de ellos mismos. Lo mejor de mi mismo. Lo mejor de vos mismo. Gracias por eso, por todo eso que solo algunos comprendemos, porque aquellos que hablan, aquellos que fueron a verte por moda y ahora te insultan, aquellos que fueron por robar la puta guita y hoy se ríen desde la pobreza de su alma, aquellos que hablan sin saber que nos pasa en el corazón, nunca van a comprender lo feliz que nos haces a los que te queremos. Te digo Adiós, Indio Querido. Te digo Adiós para librarte del peso de tanto amor. Para que seas todo lo feliz que mereces, por habernos salvado de todas las formas en que un ser humano puede salvar a otro ser humano. Te digo Adiós, mientras suena To Beef… mientras mis hijos juegan en su felicidad que es la mía, mientras doblo mi remera de Los Redondos del 96, mientras en la pantalla hablan de vos sin conocer tu corazón, mientras hablan de nosotros sin conocer nuestro corazón, mientras apago la televisión y solo queda tu música sonando en el aire y la risa feliz de mis hijos… las melodías que me voy a llevar para siempre, cuando mis ojos se cierren, y vengan a mi memoria las cosas hermosas que salvaron mi vida. Gracias por tanto, Indio de mi vida.” Memo. Tucumán. Los Nocturnos de Patricio Rey 14-03-17