BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


lunes, 19 de agosto de 2013

MONOLOGOS REDONDOS



Segundo homenaje de la noche, el primer homenaje había sido a ya saben quien, el segundo homenaje es para James Oliver Huberty de 41 años, el 18 de julio de 1984 entro a un restauran de san diego muñido de una escopeta m16 y una pistola 45 y asesino a 21 personas hiriendo a 13. voy a contarles la historia de esta persona. J. O. H. se levanto esa mañana bien temprano, tuvo una charla con su hijo que después nos enteraremos, tiene dos hijos y una esposa, la esposa le dijo por quintoagésima vez, habían discutido mucho por este tema, voy a llevar a mis hijos a comer al restauran de la linea Mc Donalds, NOOOOOOO dijo el ese envenenador de la poesía, es que es e hombre es capaz de juntar multitudes alrededor de un sandguche de chorizo, NOOOOOOO, pero ella se revelo y salio. y es muy terrible, es muy terrible lo que es capaz de hacer la gente por comer, hay que imaginarse por un momento la mente de este hombre, cuando se imagino todas esas mandíbulas, todos esos seres comer, es horrible, las abuelas, esas mandíbulas comiendo una milanesa como si fuera una ametralladora, taattataatattta, los niños baboseando unos fideos con pesto, son capaces de comerse todo, son como langosta se comerían el universo por nada se lo comerían por nada y no distinguirían el sabor del culo de dios de un kilo de patatas con crema, se lo comerían todos es verlos comer. J. O. H. esa mañana se puso nervioso, se imagino cuanto comerán, en que restauran estará comiendo, en cual de ellos estará comiendo mi mujer con mis pequeños hijos, entonces cargo su m16 154 balas por minuto, mira telescópica, lo metió todo en un maletín y salio a la calle. Dijo tengo que reconocer a mi mujer y a mis hijos era muy fácil, todas las mujeres se parecían a todas y todos los niños se parecen a todos. todos tienen la misma mirada fantasmal, una cara anodina,  la muerte y el deseo se notaba en todas las expresiones el caminaba y miraba y era todo igual, es esa maldita muerte planetaria que arrasa las ciudades de este planeta, así que el dijo cualquier restauran sera lo mismo y entro en uno de ellos, esa mañana había dialogado, había charlado con su pequeño hijito de 8 años, el nene le había preguntado, papa, papa decime papa que es la noche? y el le había contestado, hijo mio, la noche es el ojo ciego del universo que se abre, entonces las estrellas papa que son? es el ojo sano, que ilumina esta maldita pesadilla que vivimos, hijo mio, y el cielo papa que es el cielo? el cielo hijo mio, el cielo es la ventana abierta al infinito, y el infinito papa que es el infinito papa? el infinito hijo mio, es ese abismo negro y horroroso, donde van a parar todos los nenes mientras van creciendo y van muriendo de cáncer, así que es fácil imaginarse el estado de animo de J: O. H. se sentía bien, esta el testimonio de Dustin C. estudiante de sociología de la universidad de Conecticut,  amigo de el 18 años, dijo, el dijo Huberty era adicto al LSD, y si no estaba en estado de lsd se ponía muy violento. esa mañana mientras cargaba su m16 H. se tomo 3 dosis de lsd, mientras cargaba desnudo miro su pequeño pene, y lo vio, lo vio como si fuera una manguera, una manguera por donde los dioses trepanaban sus fantasías, miro sus manos y las vio como grúas que un arquitecto que se ocultaba en su mente la utilizaba para agarrar cosas, miro los ojos vacíos y vio el brillar de la nada en su mirada. entonces salio medio loquito hay que reconocerlo,     salio a la calle medio que no entendía nada, veía un peregrinar de beduinos allí donde había unos autos que caminaban, estaba medio loquito, pero pero pero medio loquito pero comprendiendo y cuando llego al restauran, hay que imaginárselo, 3 dosis de lsd no vio el restauran, vio un montón de platos donde una ensalada de lechuga por ejemplo, eran un montón de pastitos abriendo sus bocas y gritando "auxilio, auxilio!" y mientras un niño se comía un bife de chorizo ayyy gritaba el bife desesperadamente, para que no lo engulleran, en una sonrisa de una viejita el veía un nido de guiñaspas infernales, donde unos gusanos se asomaban, el veía cerramientos y se subió al mostrador, cargo su m16 quito el seguro, y grito hdp y lo miraron, y se sintieron reconocidos, entonces J. O. H. en nombre de todos los desesperados, en nombre de todos los cadáveres que jamas pudieron levantarse de su tumba, en nombre de todos los cabezas de turco que murieron por todos los imbéciles,  en nombre de esa turba de imbéciles que son capaces de comerse todo, que son como una plaga de langostas, que habitan este planeta infame, en nombre de los pequeños espíritus que habían creído reconocer, una palabra y un sentimiento, aparte era la guardia de infantería. no nos olvidemos, el había sido guardia, había sido guardia de personajes muy importantes, de políticos, de hombres de los que un pedo de ellos valía el precio de cualquier ciudad, norteamericana, un sorete de cualquiera de estos tipos, era un museo para el futuro, el había matado unos cuantos rotosos y sabia que la sangre era una cosa traviesa, una cosa que saltaba, así  que que importancia tenia tomar su rifle, apuntar a cualquiera de los cerebros inmundos que lo rodeaban, y comenzó a disparar entonces se produjo un milagro maravilloso, una cosa bellisima, la sangre de un abogadito se mezclaba con el cráneo de un niño que era hijo de un estudiante de medicina, las tripas las tripas de un hippie que había cantado una canción de Bob Dylan.se abrían y sobre ellas llovían, llovían, eran de un comerciante que siempre estaba vendiendo unos chorizos por ahí, y así para no ser mas morboso, J. O. H. no necesito imaginarse demasiado para asesinar a toda esa turba de imbéciles. eran sino, para que se alimentaban, porque uno sabe que comer y beber es alimentar el hambre del futuro,  es una estupidez comer y beber, uno lo sabe coger toodo es una estupidez, pero ellos que alimentan? saben que alimentan los sueños de los abuelos, ehhhhhh hay que ir a buscar una tierra sana, saben para que? para comer mas. una noche serena para eructar mejor, una casa cómoda para tirarse pedos entre las sabanas, esa es la mierda que defienden todos los poetas, las guerras, los viajes a la luna toda esa turba de imbéciles, que habitan este planeta. el les empezó a disparar tatatatatatatatatata  J. H. , nuestro héroe, se atrevido a matarlos a nosotros esta lacra inmunda, a nosotros que estábamos en ese restauran, nos salvamos tuvimos suerte, bueno para las almas morbosas decían, 21 cadáveres quedaron, no 22, porque a J. H. le metieron un tiro en el cerebro, un policía que por 125 dolares de paga semanal, lo mato se llamaba John Olson, negro ex boxeador, no lo silben no lo silben, futuramente le haremos un homenaje, por que J O esta tan loc o que seguramente tendremos que hablar de el en el futuro, se subirá algún día y hará lo mismo, lo que acabo de contar es un hecho verídico sucedido el 8 de julio de 1984 en San Diego, Estados Unidos....

Texto: Enrique Symns.