BIENVENIDOS AL GHETTO

Ya no estás solo, estamos todos en este día y cada día. No venimos a enseñarte, solo a darte un lugar para que compartas este sentimiento. No somos nada mas que un grupo de amigos que disfrutan de una pasión sin límites y quieren contarla. Por suerte nunca ningún miembro de los Redondos ha confirmado alguno de los mitos que se generaron a su alrededor, lo que hace imposible afirmar lo escrito aquí. Disfruten del viaje, termina cuando ustedes quieran.


sábado, 17 de agosto de 2013

YA SUFRISTE COSAS...


Mirando al cielo un alma dejo caer una lágrima. Las demás no preguntaron porque. Ninguna de las presentes se sorprendió. La fiesta no se empañaba. Aparentaba ser algo normal entre los presentes, resultaba ser común ver alguien llorando en una fiesta. Todas las miradas apuntaban hacia diferentes lugares, como si el espectáculo fuera de todos. Era imposible centrar la atención en algo en particular. Lagrimas, sonrisas, gritos cargados de furia, abrazos amigables, besos de los más apasionados que haya visto. Miles de sensaciones se entremezclaban con el ritmo constante de una canción.
Algunos miraban el suelo y mordían de dolor. Otros elevaban sus brazos entre la multitud como queriendo abrazar a alguien. Algunos solo miraban sobre el escenario casi hipnotizados tras los movimientos del front-man.
Muchos gritaban sonriendo, otros apenas susurraban con la garganta anudada por el desconsuelo del corazón roto que nunca trae prospectos con contra-indicaciones.
Si había una unión única. A pesar de que todos eran diferentes y estaban ahí reunidos por dispares motivos emocionales y distintos medios los habían alcanzado hasta esa noche. Pero estoy seguro de que se sentían hermanados.
De las mas altas clases sociales, hasta los desangelados de los suburbios que encuentran en esta letra la mejor excusa para desatar la emoción contenida en la vida diaria. Estos chicos son duros por naturaleza y la vida no les otorga respiro para demostrar o sentir cariño públicamente.
Ahí no hay banderas, o mejor dicho utilizan la misma para abrazarse. Para sentirse vivos, plenos, a salvo de cualquier mal. Por primera vez tienen un lugar donde sentirse protegidos. Allí pueden llorar, pueden sentir, pueden mostrar que son tan frágiles como cualquiera.
Ahí dentro, tienen absolutamente permitido soñar. Con todo lo que eso implica. Pueden soñar que vuelven a abrazar a su padre, ese que perdieron hace muchos años. Pueden soñar que esa chica los va a amar, si, esa que siempre les da vuelta la cara. Pueden soñar que mañana será fácil, que encontraran una salida, que podrán dormir bien. Pueden creer que su realidad solo es una pesadilla momentánea y que cuando mañana suene la alarma, despertaran en otro viaje.
El Indio me da la libertad de emocionarme, de amar, de llorar, de ser libre y por sobre todas las cosas de SOÑAR.
Y eso, nadie mas me lo da en este mundo.


Texto: Ricoteros de Alma.